miércoles, 28 de diciembre de 2011

Temas y actitudes para el Año 2012

Cercanos a terminar el año, llega el momento de hacer repaso de los acontecimientos del 2011 que dejamos y de los temas, actitudes y deseos para el año 2012. En esta ocasión quiero compartir con vosotros dos temas.

El primero es un artículo del diario Expansión escrito por el profesor Santiago Álvarez de Mon en el que el autor describe cuales son las motivaciones para el año 2012, cuales son las ilusiones. Por mi parte quiero destacar la parte en la que se detiene a describir las consecuencias de los excesos de motivación, dice "un plus de motivación, las ganas de comerse al rival, la ilusión desmedida, la presión excesiva degeneran en tensión, agresividad, agarrotamiento, prisas y descontrol".  Como muestra la ilustración. no caigamos en esa trampa, no pisemos esa monda de plátano en el suelo.





Me gustaría preguntaros si no os parece que en España y después del cambio de Gobierno, y ahora con la coincidencia del también cambio de año, no estamos un poco acelerados en esto de querer salir de la crisis en poco más de media hora. No será que nos estamos pasando de ansiedad. Entiendo que la actitud más adaptada a este tipo de situaciones sería la paciencia, lo que rápido se consigue además de no tener mérito, rápido desaparece. Nuestros logros, en la mayoría de los casos, son las consecuencias del mantenimiento continuado del esfuerzo en el tiempo, no exento en muchos casos de fracasos previos. Por tanto y siguiendo al profesor Santiago Álvarez de Món, moderemos nuestras estados emocionales para que no nos conduzcan a la ansiedad.

"Motivación, razón o causa por la que se hace una cosa. Es una pulsión íntima, un motivo individual, pertenece al misterio de cada persona. Lo que me motiva a mí, no tiene porqué estimularle a usted, y a la inversa. Reconocida esta obviedad, me interesa detenerme en dos desviaciones. La primera peca por defecto, la segunda por exceso. En las encuestas a profesionales sobre lo que esperan de su jefe, una mayoría contesta que tenga capacidad para motivar. Sin negar el rol que todo gestor tiene al respecto, confiar demasiado en su influencia parece más propio de épocas tiernas en las que el influjo de los mayores es un factor determinante. Un chaval no corre o estudia con la misma determinación si le siguen los ojos de sus padres, que si ha de fajarse él solito. Años después, ya talluditos, se sigue observando una cierta dependencia. Siendo un motor interior, sorprende la facilidad con que se entregan las llaves del mismo a otro. Si fuéramos más consecuentes con la esencia del fenómeno motivacional, nos encargaríamos nosotros mismos de su diseño, preparación y mantenimiento. La motivación, en su plenitud deviene en automotivación. El directivo-entrenador crea un ambiente, adopta un estilo, reparte las tareas, coordina las individualidades, pero llegado el momento del partido, le toca al jugador vaciarse y dejarse la piel. Del jefe deberíamos esperar y hasta exigir que no nos fastidie, que "nos deje en paz", que de la motivación ya nos encargamos nosotros mismos. 

De hecho cuando se critica a un jefe no es tanto porque sea malo motivando, sino porque se ha transformado en un experto desmotivador. Inseguro y a la defensiva, ególatra e incompetente, propicia una atmósfera insana, roba energía, fomenta la rivalidad interna, cultiva la opacidad informativa, monopoliza los éxitos, delega los errores, abronca públicamente, compite con sus colaboradores… el etcétera puede ser largo y demoledor. Intentando ponerse a buen recaudo de agentes tan tóxicos, se trata de alcanzar la ansiada autonomía e independencia motivacional. Esta vive escondida entre nuestros talentos, habilidades, fortalezas, sueños y valores más definitorios. En nuestra identidad oculta o contenida reside el secreto de una fuerza incontenible. Cuando trabajo requerido y perfil de la persona se fusionan armónicamente, cuando la función permite expresar personalidad y potencial, el profesional, el grupo, el clima, la cuenta de resultados, todos salen ganando. Deseo sinceramente que los que no tienen trabajo, desgaste atroz, que lo encuentren. Y los afortunados que lo tenemos, que seamos un poco más agradecidos y que lo utilicemos como palanca de crecimiento y aprendizaje. 

En el polo opuesto, algunos se pasan de frenada. La motivación es tan potente y sentida que se torna contraproducente. La hipermotivación puede causar verdaderos estragos, tal es su intensidad, magnetismo e incontinencia. La línea que separa la motivación de los nervios y la angustia es tan fina que a menudo la cruzamos sin darnos cuenta. En el deporte se percibe fácilmente esta inflación motivacional. Un equipo centrado, estable, seguro, dominador, llega el instante supremo donde se masca la tensión, y la pifia. Un plus de motivación, las ganas de comerse al rival, la ilusión desmedida, la presión excesiva degeneran en tensión, agresividad, agarrotamiento, prisas y descontrol. Nos pasa a todos en otros órdenes de la vida. Deseamos dormirnos, tanto lo necesitamos que nos crispamos. Cojamos un libro, engañemos a la cabeza y dejemos hacer a un cuerpo maltratado. Ansiamos tanto ese trabajo que la entrevista no sale bien. Limitémonos a ser nosotros, el resto ocurrirá. Buscamos cerrar un acuerdo estratégico y se rompen las negociaciones. Identifiquemos una impaciencia que nos delata, la próxima vez el tiempo se pondrá de nuestro lado. Hechos los deberes, trabajado un asunto, cuanto más nos motive algo, cuando más queramos lograr un objetivo, más crítico es centrarse en el proceso, respirar, fijarse al presente, fluir, soltar… y lo que sea, será. Y si no sale, aquí paz y después gloria, no era para nosotros. El circuito por el que discurre la vida está lleno de sorpresas, ocurrencias, intuiciones, golpes de suerte. Les suelen tocar a personas automotivadas, despiertas, currantes, y abiertas a la aventura. 

¿Cuáles son sus ilusiones para 2012? ¿Cuáles son sus motivaciones? Contestadas estas preguntas desde la propiedad, libertad y responsabilidad de su único dueño, le animo a no desearlo demasiado. Haga su parte, déjelo estar y el puzle irá encajando todas sus piezas. Feliz Navidad, hasta el año que viene".





Tal y como anunciaba al principio de la entrada, quiero compartir con vosotros 12 presentaciones ¿Qué cambiará en el 2012? Estas presentaciones nos permiten echar un vistazo al año 2011 y predecir las tendencias que veremos en el próximo año.

  1. 2012: 12 Temas - Qué se puede esperar en el próximo año , Ross Dawson
Ross Dawson echa un vistazo a los temas globales que afectan a todo tipo de negocios, sin importar el país.
  1. Social Media y predicciones de contenido de marketing 2012 , Content Marketing Institute
Más de 75 personas comparten sus pensamientos acerca de la relación entre la marca y el contenido, la evolución de los blogs, el futuro de la influencia de Google, marketing y distribución de contenidos.
  1. SapientNitro Perspectivas 2012 - ¿Cómo la Innovación Digital afecta a su negocio , SapientNitro
Este análisis en profundidad examina el efecto de la innovación en las percepciones de la gente, en la forma de hacer las compras, el papel de los dispositivos móviles y otras tendencias que varían de país a país.
  1. 12 Tendencias de consumo cruciales para el año 2012 , trendwatching.com
  2. ¿Dónde está la comercialización sin fines de lucro dirigido en 2012? , Kivi Leroux Miller
  3. 2012 Tendencias Digitales para la comercialización de Salud , IQ Innovation Lab de GSW todo el mundo
  4. La Situación Económica Mundial y Perspectivas 2012 , las Naciones Unidas Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (DAES)
  5. 10 Tendencias de Business Intelligence para el 2012 Tableau Software,
  6. 10 tendencias para 2012 , JWT Inteligencia
  7. ¿Qué medios de comunicación social se verá como en 2012 , SapientNitro
  8. 2.012 predicciones para Internet móvil y HTML5 , Jonathan Jeon
  9. 7 Tendencias de vídeo en línea a seguir en 2012 , Skytide




miércoles, 21 de diciembre de 2011

Personas con gran potencial

En vísperas de la Navidad estoy ordenando un poco la oficina, guardando libros y clasificando documentación. En esa labor me he entretenido leyendo algunos textos relevantes en materia de liderazgo. Quiero traer al blog un texto de Jeffrey Gandz (Profesor y director del programa de liderazgo Ivey School of Busines). Su título es el de la entrada: Personas con gran potencial.
Los creadores de líderes seleccionan personas con gran potencial, aunque resulten difíciles de manejar. No buscan empleados seguros y convencionales. Por ejemplo, McKinsey & Co. contrata personas con títulos de prestigio de las principales universidades, tanto si poseen diplomaturas en empresariales como si no. Es poco probable que estas personas tengan los mismos procesos de pensamiento que quienes poseen MBA, al que posiblemente dará lugar a reuniones más prolongadas y a mayores dificultades a la hora de alcanzar un consenso, y hará necesaria más formación y desarrollo. Sin embargo, tendrá la ventaja de ofrecer mayor diversidad de pensamiento y soluciones de mayor calidad.



Para contratar a personas con gran potencial, los líderes deben conocer las aptitudes –las características inherentes naturales de las personas- que guardan relación con el alto rendimiento. Es posible que sean características cognitivas, dimensiones de la personalidad u otro tipo de talentos naturales que terminen por convertirse en una capacidad extraordinaria cuando se combinen las adecuadas experiencias de desarrollo. No obstante, también tienen que conocer los tipos de contraprestaciones que los candidatos están buscando y si sus empresas son capaces, de forma realista, de ofrecerlas. Con el tiempo, los buenos líderes descubrirán dónde tienen que buscar a ese tipo de personas, cómo pueden atraerlas y cómo pueden separar a las personas que realmente tienen gran potencial de las que han aprendido a esquivar a los entrevistadores o a los test.
Un creador de líderes no se deja sorprender por personas de talento enérgicas y creativas que no se parecen al resto del mundo, que no siguen las líneas de pensamiento convencionales o que no hablan de manera convencionalmente correcta. La franqueza no les molesta, ni tampoco el inconformismo, ni siquiera cierta arrogancia. La franqueza muchas veces va asociada a la claridad de pensamiento, el inconformismo a la creatividad, y la arrogancia a la seguridad en uno mismo. Es posible trabajar con estos rasgos si el líder está preparado para ser el mentor y el coach del aspirante.
Santiago Álvarez de Mon en su libro “Desde la adversidad” explica que el liderazgo es, sobre cualquier otra cosa consideración, una cuestión de carácter. Los dos grandes pilares que sostienen su construcción y renovación permanentes son el talento y el carácter. Éste, sin la dirección y cordura que el talento provee, se torna baldío e infructuoso. Pero el talento, si no es arropado, mimado e instado a movilizarse por un carácter libre y desenvuelto, se extingue y se apaga poco a poco. La pregunta de un alumno cuando todos callan, es un acto de coraje y humildad, un acto que muestra un carácter propenso al liderazgo.  Un paso al frente cuando cualquier autoridad, ante un estropicio o yerro, pregunta por sus responsables, es un acto de coraje. El voto disidente y contracorriente, porque no se pueden abandonar valores intemporales, es un acto de coraje. Asumir la cuota de impopularidad de ciertas decisiones difíciles, requiere fortaleza y carácter. Decir que no, de forma razonada y constructiva al jefe, al grupo, eludiendo la perentoria necesidad de agradar como ineludible peaje para ser aceptado, es también una expresión de carácter.
Así y por un lado, hay cualidades y/ atributos en las personas, en los empleados, en los candidatos que no son tan obvias y que no obedecen al enunciado simple del conocimiento y el comportamiento aparente. Esas cualidades que están obviadas y que no se consideran, se podrían identificar también  con personal de alto potencial. En las empresas y en las organizaciones desechamos alternativas y posibilidades de contratación, simplemente porque no están dentro de un marco de referencia preestablecido. Por ejemplo, existe una tendencia agudizada a la búsqueda de personas de perfil técnico, sin detenernos en un examen profundo de sus verdaderas aptitudes y actitudes vitales. No se valoran las aportaciones diversas de otro tipo de cualificaciones de conocimiento. Como dice el autor, la diversidad de las personas y de los candidatos aportaría importantes dosis de creatividad.
De otro lado están los aspectos de carácter. Lamentablemente en las organizaciones y en las empresas, los dirigentes y/o responsables, desechan el carácter. Lo hacen al elegir al gregario que aplaude y no rechista, al elegir al que no lleva la contraria. Prefieren quedarse con el políticamente correcto, con el “palmero”, con el bufón de la corte que ríe las gracias más que con el otro bufón que es capaz de decir que el rey va desnudo y que es víctima de un vil engaño.
Mi mensaje final sería que busquemos el talento y el carácter de verdad, aunque sea incómodo en ocasiones, no nos conformemos con los marcos establecidos y sobre todo castiguemos la mediocridad, exijamos a nuestra gente el desarrollo de su potencial.

lunes, 12 de diciembre de 2011

The company men

Este frío fin de la semana más irracional que tiene España, consistente en la situación de que hoy se trabaja, mañana no y así hasta tres veces, he disfrutado, entre otras cuestiones, de una película que no es nueva ya que es del 2010, pero que yo sí que era la primera vez que la veía.
Por la similitud que tiene con experiencias vitales que me han afectado personal y profesionalmente y por el sentido que se vislumbran en sus escenas y en sus personajes, he querido traerla al Blog y así compartir con los lectores algunos comentarios.
La película, se titula The Company Men está interpretada entre otros actores por Ben Affleck, Tommy Lee Jones, Chris Cooper y Kevin Costner, Craig T. Nelson, Rosemarie DeWitt y Maria Bello y dirigida por John Wells.
Está ambientada en Boston (USA) y describe la vida de varios personajes en un momento en el que por razones aparentemente económicas, una multinacional GTX decide llevar a cabo despidos masivos en sectores de actividad con resultados negativos con el fin de demostrar a los mercados su agilidad para tomar decisiones y de esta manera poder revalorizar las acciones y tener contentos a los accionistas.
En este caso, el director escoge para su relato a personas que forman parte del equipo directivo de la empresa.
Para los que no la hayan visto, acompaño un tráiler de la película para que puedan ver algunas escenas. Los que la hayan visto les animo a que la vuelvan a ver.

Antes de lanzarme a realizar esta entrada he leído algunas críticas y comentarios de la película.
Hay quien dice que “El amigo Wells decide mostrarnos el drama del paro desde un punto de vista diferente, el de los ejecutivos que cobran altos sueldos, viven en casas enormes y tienen coches de lujos. Evidentemente el espectador medio no puede sentir la misma empatía con estos personajes que con los de la peli antes citada.

No me dan pena, han tenido una vida afortunada durante mucho tiempo y ahora la crisis les ha dado un sopapo en la cara y han descubierto la realidad de la mayoría de la gente. La película sigue siendo igualmente válida porque nos muestra las miserias de la gente de la clase alta. En varias críticas se comenta que como es posible que tengan problemas económicos tan pronto. Lo cierto es que nos sorprenderíamos de como esta gente se administra, se creen tan privilegiados que no ahorran porque se gastan todo sin pensar que un día pueda cambiar su suerte. El personaje de Affleck es el mejor ejemplo, con su soberbia inicial pensando que enseguida encontraría un trabajo similar y desestimando empleos de sueldos inferiores que le impedirían mantener su nivel de vida”.
Desde mi punto vista en la película hay mucha más chicha que los que se recrean en el dialogo absurdo de pobres y de ricos. En los momentos que nos toca vivir, uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos es que nos hemos creído más ricos de lo que realmente éramos. Esto ocurre en todos los estratos. Hemos creído que la época de vacas gordas iba a durar siempre y la sociedad de consumo y cada uno en su posición nos ha lanzado a un vértigo consumista. El principal problema que padecemos es que hemos querido ganar más para consumir más y todo ello por encima del valor de lo que realmente hemos sido capaces de crear. Nos hemos comprado casas, coches, artículos de lujo; hemos salido a cenar a comer con los amigos con la familia; hemos sido capaces de pagar precios completamente inflacionados por lo que consumíamos, pocos se han privado de realizar viajes por todo el mundo; en definitiva más que al día, hemos estado viviendo de las expectativas de futuro que creíamos iban a ser eternas. Lo que el profesor López Quintas llama “el mito del eterno progreso”.


Sin embargo, esto tenía que romper por algún lado y/o por todos a la vez.
Entiendo que John Wells se ha podido fijar en este caso en los directivos para exagerar las situaciones absurdas de quien quiere mantener una posición meramente artificial a toda costa, de quien está dispuesto a “suicidarse” (como dice en un determinado momento Bobby Walker personaje que interpreta Ben Affleck) antes que volver a vivir en casa de sus padres, de quien dice no estar dispuesto a vender su Porsche o a darse de baja en el Club de Golf. Al fin y al cabo demuestra estar borracho de su éxito, que no llega a darse cuenta que puede ser efímero. Esta “borrachera de éxito” yo la he visto en trabajadores de todos los estratos sociales. Hay personas en España que pensaban que su éxito podía durar toda la vida.
Lo importante para mí es el mensaje de lo que representa cada uno de los protagonistas de la película.
Por un lado está Bobby, de quien ya he hablado. Una mañana, Bobby Walker, el personaje de Affleck, participa en una partida de golf con algunos socios de negocios. Destila confianza en sí mismo, que acompaña con un Porsche y un hándicap bajo en golf. Walker es un veterano, con doce años de experiencia en GTX, un gran conglomerado industrial con más de 60.000 empleados. Momentos después de ganar la partida, pierde su trabajo como resultado de "decisiones corporativas". Affleck está en el sector de transporte, el activo de menor rendimiento en la cartera de GTX.

"Bobby pierde más que el trabajo", dice Affleck. "Pierde status. Él pierde su lugar en la jerarquía de la clase media alta corporativa de los Estados Unidos: ya sabes, el coche bonito, la casa cómoda y el sentir que eres alguien importante. Y un día, debido a una decisión tomada en una sala de reuniones, pasa a lo más bajo de la escalera en la vida del consumidor estadounidense. Es un ajuste que le resulta realmente muy difícil hacer, un ajuste de humildad que le obliga a calibrar sus prioridades".

Bobby rápidamente cae en la negación y se niega a informar a su familia, más allá de su esposa (interpretada por Rosemarie DeWitt) de que ha sido despedido. Se dedica arduamente a buscar un nuevo empleo, confiado de que estará rápidamente de vuelta antes de que lo haga su indemnización por despido.

"En la investigación que hice, descubrí que resulta extremadamente castrante ser despedido, especialmente para los hombres", dijo Affleck. "Con frecuencia, los hombres mienten sobre esto o intentan conseguir otro trabajo antes de que nadie los descubra. América está fundada en la idea de que si trabajas duro y respetas las reglas, puedes escalar posiciones. Y la idea de que un día vas a ir hacia atrás, que vas a bajar de escala, puede resultar terriblemente vergonzoso".
El reto que tenemos por delante en España es que hay que ir para atrás y eso es difícil de asumir cuando has estado derrochando el dinero.
Tommy Lee Jones protagoniza el complejo personaje de Gene McClary, el número dos en GTX. McClary fundó GTX junto a James Salinger (interpretado por Craig T. Nelson). Al comienzo de la historia, GTX está en el proceso de una importante fusión y Salinger está tratando de obtener ganancias con las acciones de GTX anunciando una serie de despidos a gran escala y cerrando las partes menos productivas del negocio. McClary, quien se siente cada vez más desmoralizado con la dirección que está tomando su empresa, se enfrenta a Nelson en cada oportunidad, convirtiéndose él mismo en objetivo. "Es una recesión: mucha gente tiene que irse, mucha gente es despedida", explica Jones. "Pero hay cosas más importantes en la visión del mundo de Gene: las relaciones con las personas, la lealtad, la experiencia, las personas que trabajan en algo juntos, para construirlo, para crecer, para hacer crecer sus vidas".

Y yo creo que ese sentido de la llamada "comunidad empresarial" es muy importante para el personaje de Gene.
Para mí ésta es la gran diferencia. Hay una concepción de la vida mucho más humanista en Gene. Él es un personaje que nada en la abundancia de lo material, sin embargo se encuentra vacío ya que para él lo verdaderamente importante reside en los proyectos tangibles que ha logrado construir con las personas en las que confía. Ahora, sin embargo, su empresa la dirigen criterios meramente mercantilistas que nos se fijan nada más que en los números fríos que aparecen en los informes y en las cotizaciones bursátiles. En definitiva la vida de Gen tiene trascendencia, va más allá de lo meramente material. De hecho, crea una empresa en la que cuenta con el equipo directivo que había sido despedido de GTX.


Podría abordar más personajes de la película, pero quiero terminar con los dos hermanos que representan Kevin Costner y Rosemarie DeWitt.
Kevin Costner añade otra capa de profundidad a la historia interpretando a un simpático constructor, Jack Dolan, cuyo gran corazón le lanza una tabla de salvación a su cuñado Bobby a quien ofrece un trabajo de carpintería. Inicialmente, el personaje de Affleck rechaza la generosidad del personaje de Costner, pero tiene que reconsiderar la idea ante las terribles circunstancias. Sintiéndose peor que un pez fuera del agua, el que Affleck participe en la construcción de la casa, ayuda a establecer puentes entre la familia y las clases sociales.

"Me identifiqué muy rápidamente con la yuxtaposición que Jack proporciona a los personajes principales de la película que se mueven dentro del mundo corporativo y que se caen a pedazos, justamente, por causa de ese mundo,' explica Costner". El personaje de Ben y yo tenemos una relación incómoda porque Bobby ha estado en esa bonita carrera tras el éxito, moviendo bonos de $ 100.000-200.000, y yo he estado luchando con mi vida. Estoy educando a mis tres chicos, soy entrenador de la liga de jóvenes, que patrocina mi empresa de construcción. Y cuando el mundo se vuelve contra Bobby, se produce un momento en el que es evidente que la familia tiene que ayudar a la familia".

A medida que el invierno va dando paso al deshielo y surge la primavera, también lo hacen The Company Men. Algunos más fuertes. Otros derrotados. La película pone de relieve lo que Wells dice: "es cómo nos volvemos a conectar con lo que hace que nuestras vidas tengan valor".

Finalmente la esposa de Bobby. En uno de los más conmovedores momentos de la película, el personaje de Affleck se acerca a Maggie (Rosemarie DeWitt) y pide disculpas por "defraudar a su esposa". Ella no lo acepta. "Nunca estuviste en esta situación antes. Y ahora lo estás". Siendo consciente de que su marido se puede comportar como “un capullo” (en expresión de su hermano Jack) ella no deja de apoyarle y de darle ideas para buscar soluciones, no discute con él por no dejar el Club de golf o no querer desprenderse de su lujosa casa o del Porsche, simplemente le deja que sea él, el que por sí mismo, llegue a sus propias conclusiones.
En definitiva, un gran película con mucho contenido actual. No hay buenos ni malos, no hay ricos o pobres, lo que hay son actitudes ante la vida, la pregunta que creo nos debemos hacer es ¿Cuál es la actitud que nosotros queremos adoptar ante la vida?

FELIZ NAVIDAD