martes, 24 de septiembre de 2013

"PRESENTISMO" O RESULTADOS

Hay dos razones por las que las personas deben desplazarse a una oficina a trabajar cada mañana:

1. Si ordenador esta ahí.
2. Su jefe quiere verlos delante de su ordenador.

Para lo primero, ya hay soluciones: un smartphone, una conexión rápida a Internet, y zap, su empresa se acaba de ahorrar el coste de alquilar los metros cuadrados que ocupa su escritorio, la electricidad de su ordenador y su impresora, y las horas en las que está a otras cosas en la máquina de café u organizando planes para el siguiente puente. Por cierto, en mi reciente experiencia empresarial he estado en una empresa en la que al tiempo que hacían jornadas maratonianos, de las cuales se quejaban amargamente, dedicaban, desde mi punto de vista bastante tiempo a la máquina de café (casi casi como en el programa de TV Camera Café).




Para lo segundo, hay un trecho que recorrer aún: con el número de horas que se trabaja en España por empleado (solo estados Unidos supera la cifra y eso con muchas menos vacaciones anuales), el país sería la locomotora de la Unión Europea. Sin embargo, o quizá por ello, en España aún hay mucha obcecación por el "presentismo": el jefe ejerce de controlador reloj en mano ("que para eso me pagan"). Las nuevas generaciones de líderes lo ven de otro modo: "Aseguren los recursos que su propio equipo necesita y, por dios, quítense de en medio".


El presente y futuro de las relaciones laborales pasan por la eliminación de las restricciones físicas y geográficas: si su despacho está en su móvil y sus datos en la nube (Steve Jobs dixit), entonces las opciones de establecerse como agente libre (no como empleado a una nómina pegado) son ingentes. Virtualmente ilimitadas.

En determinados niveles profesionales y sectores, la monogamia con la empresa se extinguirá.

Simultanear proyectos es lo que otorgará estatus (y buenos honorarios) al agente libre. Las empresas podrán nutrirse de profesionales con la mente abierta y con una experiencia múltiple que les permita tener una visión global de la gestión de las organizaciones.

El profesional decidirá a quién prestar sus servicios, pues la demanda por parte de las empresas será feroz.

¿Y qué recibirá a cambio? Poder ajustar el balance de su tiempo/dinero.

Y esta vez en sus propios términos.

lunes, 9 de septiembre de 2013

CONSIGUE LO QUE BUSCAS


En la vida, no obtienes lo que quieres, obtienes para lo que trabajaste.
Aquí tienes algunas ideas para hacer que eso suceda:
1. Todas las mañanas pregúntate: “¿Esto es lo que quiero para mí?”
Si la respuesta ha sido “No” demasiadas mañanas seguidas, sabes que es hora de cambiar. Si sigues este principio, muchas de las grandes decisiones de la vida serán bastante fáciles.
La felicidad a largo plazo es el asentamiento de tu alma en su lugar más apropiado. Este lugar contiene las ideas, las pasiones, las personas y los lugares que te mueven.
Acepta la responsabilidad de hacer que estas cosas sean posibles en tu vida. Debes saber que eres tú el que te llevará a donde quieres ir, nadie más. Sé honesto contigo mismo. Si te encuentras siguiendo a la multitud en piloto automático (simplemente porque es la opción más fácil) es momento de hacer una pausa y reflexionar. Lee Quitter.
2. Convierte tu sueño en pasos que se puedan realizar, y realízalos.
La acción lleva a los resultados. Corta tu enorme sueño en pequeñas metas y únelas.
Toma acción, toma acción, toma acción. Tú eres el responsable de hacer que las cosas pasen. Siempre se reduce a tus acciones. Tú eliges: o bien acciones y resultados, o inacciones y excusas. No pueden ser ambas.
El dolor de la disciplina es mucho menor que el dolor del arrepentimiento. Haz lo que tengas que hacer – el 100% de ello. Nunca nadie intento cumplir sus sueños y se arrepintió.

3. Toma unos pequeños pasos cada día.
No construyas montañas en tu mente. No trates de conquistarlo todo a la vez. Toma todo con calma, un paso a la vez.
Cuando buscas la satisfacción inmediata, haces a la vida innecesariamente dolorosa y frustrante. Cuando en lugar de eso eliges tratar a cada momento como una oportunidad para hacer una pequeña, positiva, inversión a largo plazo en tu futuro, las recompensas llegan naturalmente.
Aunque cada esfuerzo individual parezca no tener ningún efecto cuando lo haces, en algún momento mirarás atrás y te darás cuenta de la repercusión trascendental que tus esfuerzos crearon una vez que se juntaron. Al moverte con este sostenido ritmo, podrás seguir avanzando hasta llegar precisamente a dónde quieres llegar.
4. Ejercita para tener un sólido auto-control.
Tu capacidad para restringir un impulso colocando por delante tus valores morales y objetivos, crea la esencia de la felicidad y el éxito a largo plazo.
Nunca tendrás lo que quieres hasta que aprendas cómo hacer lo correcto, incluso cuando se sienta incorrecto. Cada vez que hagas lo correcto, por decisión de tu voluntad mediante la disciplina y el autocontrol para ir más allá de los sentimientos momentáneos de debilidad, estarás mucho más cerca de lo que quieres.
5. Practica hasta que seas un experto, y sigue practicando.
En todos los ámbitos de la vida, lograr la grandeza es una elección. La práctica lo hace posible. Tú eres lo que practicas más.
Decidas lo que decidas hacer, hazlo bien. Hazlo tan bien que cuando los demás vean lo que haces, lo disfruten tanto que quieran volver y verte hacerlo de nuevo, y quieran también traer a sus amigos para poder mostrarles lo increíble que eres haciendo lo que haces.
6. Cuida tus pensamientos y tus palabras.
Entiende el poder de tus pensamientos, y vigílalos más de cerca. Entiende el poder de tus palabras, y prefiere el silencio antes que algo negativo. A través de tus pensamientos y tus palabras, creas tus propias debilidades y fortalezas. Tus limitaciones comienzan en tu mente donde siempre puedes reemplazar lo negativo con algo positivo.
Así que deja de preocuparte por los escenarios negativos que no son más que productos de tu imaginación. Deja que tus pensamientos te animen en lugar de detenerte. Enfócate en el momento que está frente a ti. Libérate para poder manejar eficientemente y con éxito con lo que es real y con lo que es ahora.
7. Rodéate de personas que te impulsen para arriba.
Eres el promedio de las personas con las que pasas la mayor parte del tiempo. El gran peligro de estar rodeado de personas negativas es que comienzas a ser como ellos sin siquiera notarlo.
Debes elegir tus relaciones con prudencia. Las malas compañías corrompen las buenas costumbres y el potencial humano. No necesitas precipitarte en una relación de la que no estás seguro, ni asociarte con aquellos que te frenen.
8. Devuelve.
El gran Zig Ziglar dijo una vez: “Puedes tener todo lo que quieres en la vida si simplemente ayudas a otras personas a conseguir lo que quieren.”
Porque es cuando damos, cuando recibimos. En otras palabras, lo que das, vuelve en este mundo. A medida que trabajamos para crear luz para los demás, naturalmente iluminamos nuestro propio camino.  

9. Crea equilibrio.
Sé diligente y comprometido con tu trabajo, pero también asegúrate de dejar tiempo para el placer y la exploración. No es suficiente tener éxito en un objetivo específico, también tienes que participar en las diferentes dimensiones de tu vida – mientras puedas, mientras haya tiempo.
Levanta la cabeza de tu trabajo de vez en cuando y toma un largo paseo, tómate de la mano con tu pareja, ve a pescar, pasa tiempo con tus amigos, nada, toma sol, prueba algo nuevo, medita, respira profundamente, o siéntate en silencio por un rato y contempla la bondad a tu alrededor.
En otras palabras, busca tu equilibrio – trabaja diligentemente, pero no ignores todos los demás aspectos de tu vida. Mantén tu mente fresca, tu cuerpo activo y vivo, y tus relaciones sanas. Hazlo, y las cosas que más deseas en la vida llegarán de forma 

martes, 3 de septiembre de 2013

EL RETORNO


Después de casi un año de no estar en contacto con mi blog (MiHRPARTNER), y después de varias intentonas, he decidido reiniciar una nueva etapa y volver a compartir a través de este medio, tan accesible y poco costoso, algunas de mis reflexiones con mis lectores (2.300 visitas sin tocar una tecla en casi un año).

En estos meses, los que van desde la última entrada, allá en el mes de octubre de 2012, que además, coincidía con las 10.000 visitas, se ha producido en mi vida  profesional una catarsis.

En octubre de 2012 me encontraba con un proyecto profesional y personal, que tuve que crear y desarrollar obligado por las circunstancias de mi desempleo.

En efecto, en el año 2010 finalicé una etapa profesional como Director de RR.HH. de una compañía multinacional, tras una trayectoria de casi 16 años de servicio. Se podría decir, que lo único que sabía hacer en aquel momento era trabajar por cuenta ajena en un entorno más o menos competitivo (salario, cotización, horario, disciplina…); representaba a una sociedad mercantil de relevancia a nivel local e internacional, y esa circunstancia me abrió muchas puertas; estaba en una empresa de prestigio.

En aquella época la gente, la mayoría de las personas con las que me relacionaba profesionalmente, y quizá también personalmente, me respetaban y me tenían en consideración, probablemente más por donde estaba y por lo que ellos creían que tenía, que por que tuvieran algún tipo de sentimiento positivo hacía mi persona, esto es, alguna emoción hacia lo que yo era en ese momento. En realidad, y eso lo pude comprobar más adelante todo era pura apariencia. Sólo algunos amigos, a los que pude reconocer después en época de penuria (hay algunos que no me hacía falta reconocerlos, porque ya sabía que lo eran), me acompañaron cuando las circunstancias cambiaron a peor.

En esa sitguación, en la primera mitad del año 2011, no estando ya en donde estaba, no representando a ninguna empresa de prestigio y no teniendo nada atractivo ni deseable a los ojos de terceros, tuve que replantearme mi vida. Así lo hice, hubo algunos de esos amigos de verdad que me dieron su consejo y apoyo, otros me dieron alguna pequeña oportunidad, modesta, muy modesta desde el punto de vista económico, pero sin embargo muy generosa profesionalmente hablando. Las aproveché, o eso creo yo. Me identifiqué con una nueva forma de hacer las cosas, trabajaba a veces a ciegas, ellos, mis primeros clientes  no lo sabían, pero yo sí. Y me equivoqué y acerté en mis propuestas y estrategias. Por suerte el balance fue positivo.

Desde luego, y eso lo tengo que confesar, en todo ese tiempo, mantenía la esperanza de poder encontrar un trabajo que me diese seguridad, un salario mensual y una cotización para mi pensión de jubilación, dicho de otra forma buscaba lo que había tenido durante casi 16 años. Y mira por donde, lo encontré. En enero de 2013 empezaba de nuevo a trabajar por cuenta ajena, con una posición directiva en una multinacional de prestigio que recién había desembarcado en Burgos. Pasé del metal a la madera. En fin tenía lo que podía desear.

Continuaré este relato en la siguiente entrada. De momento os dejo con una de mis reflexiones de estos seis últimos meses:

       Yo creo en la gente trabajadora, competitiva y que sabe compartir y colaborar, conocedora de sus virtudes y puntos de mejora y que además se supera ante el fracaso, que cree en sí misma y en sus posibilidades, que conoce a las personas y les apoya y da oportunidades, y por último, creo  en quien se preocupa más del ser que del estar y del tener”.