Ayer estuve en Madrid para conocer de primera mano las impresiones de uno de los equipos de profesionales que han estado en el proceso de negociación de la reforma sobre la (perdón por la redundancia obligada) negociación colectiva.
Mi impresión fue positiva. Me sentí identificado con esos profesionales. Me explico, los deseos y anhelos que tenemos los que estamos fuera de un proceso de negociación son ilimitados. Pedimos el 10 de lo que se necesita. Ahora bien, para llegar a ese diez hay que ir dando pasitos.
En este proceso de negociación ha ocurrido lo mismo ¿En cuantos procesos he participado que los que estaban fuera pedían ese 10? Los que negocias en vuestras empresas lo sabéis. Pues bien eso era imposible, entre otras razones porque la negociación es algo que se maneja entre dos partes y en ningún caso puede debe producirse una victoria absoluta de una de las partes.
Lo que comprobé ayer es que en la reforma tiene más enjundia que lo que las críticas generalizadas parecían augurar.
Cuando se dice que se da preponderancia al Convenio de Empresa, es cierto. Cuando se dice que esto es el fin de los Convenios Provinciales también es cierto.
Lo que hace falta ahora es ponerse a trabajar. Hay que intentarlo y ser creativos.
Por echar a volar la imaginación:
1. Imaginaros salir del Convenio Provincial.
2. Imaginaros que los conflictos sectoriales desaparecen.
3. Imaginaros flexibilidad en las empresas.
4. Imaginaros que tenéis la oportunidad de hacer un traje a medida en vuestra empresa.
Este fin de semana estoy de curso en Madrid. No tendré tiempo para desarrollar alguno de estos temas. No obstante, prometo retomar el asunto el lunes.
Hay que calentar motores y estar preparados.
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