martes, 14 de junio de 2011

Reforma Laboral Real ¡YA!

Aprovechando algún eslogán de comunicación que se ha puesto de moda en este último mes, lo que los trabajadores sobre todo (vícitmas de la lacra del paro, primera preocupación de los españoles y españolas según todas las encuestas) y también los emprendedores y creadores de empleo claman es una ¡REFORMA LABORAL REAL YA!

Muchos han sido los intentos de maquillaje de la norma laboral española. Los resultados positivos han brillado por su ausencia.

Desde el punto de vista de quien esto escribe la fórmula jurídica del Estatuto de los Trabajadores esta agotada y esta produciendo en España auténticos estragos en materia de empleo. Prueba de lo que digo lo tenemos en las estadísticas oficiales y oficiosas de desempleados y de “trabajadores en formación” de los que habla el todavía Presidente del Gobierno.

En España desde principios de esta década, sino antes, debió haberse producido un cambio sustancial en la normativa laboral. El Estatuto de los Trabajadores ha cumplido un gran servicio a este país durante los años 80 y 90. Sin embargo se trata de una norma tremendamente rígida, conservadora y paternalista. La actividad económica en España languidece. Pocos son los empresarios que se atreven a contratar, la temporalidad es la más alta de los países de nuestro entorno económico.

Aunque soy de los que pienso que las soluciones que se apliquen deben mirar más el medio y largo plazo que al corto, las reformas laborales aprobadas no van a solucionar absolutamente nada, introduce más rigideces en la norma de las que ya había y con el tiempo se demostrará su inoperancia. No obstante, el Decreto Ley de 10 de junio puede abrir algunas puertas a nivel de empresa. Entiendo que, aunque pequeña, se brinda alguna oportunidad de la que no se disponía anteriormente. En futuras entradas trataré de comentar en qué pueden consistir estas nuevas vías.

En lo fundamental, el cambio laboral debiera abordar los siguientes puntos:

La contratación laboral. Actualmente hay dos clases de trabajadores, de un lado los que tienen todos los derechos y de otro los temporales. En esta materia habría que dibujar una línea roja, un antes y un después. Propongo un cambio radical y por tanto utópico. De un lado mantengamos la regulación por despido tal cual esta, entiendo que si se rebajan los 45 días actuales del despido improcedente habría una desbandada más generalizada por razones de costes de empresas multinacionales. Ahora bien suprimamos los contratos temporales y creemos un contrato indefinido (ojo indefinido, no fijo y para toda la vida como algunos creen) con un régimen de despido no causal y con una indemnización de 20 días con límite de 12 mensualidades. De esta forma protegeríamos al trabajador como hasta el momento, eliminaríamos el miedo a contratar al tiempo que cambiaríamos la cultura del trabajador con contrato indefinido, que como he dicho antes no es para toda la vida.

Flexibilidad interna: Introducir medidas que permitan flexibilizar las jornadas laborales sin un incremento de coste laboral. De esta forma se favorecería la adaptación de la producción a la demanda del mercado sin necesidad de tomar medidas más traumáticas como pueden ser los ERES de extinción o los despidos


Negociación colectiva: Basada en una millonada de convenios colectivos que hay negociar todos o casi todos los años y a los que se destinan infinidad de recursos. Mi propuesta en este tema pasa por la simplificación, convenios nacionales que se concreten en el ámbito de la empresa. También en este tema hay que introducir la eliminación de la ultractividad de un convenio colectivo y esto debe ser así ya que los convenios actuales son la suma de los despropósitos de las negociaciones de los 30 últimos años y hay derechos y/o obligaciones que son completamente anacrónicas. La recién aprobada reforma ha pasado de largo en los puntos críticos que apunto, sin embargo como he dicho anteriormente sí que se atisban algunas vías que utilizadas a nivel de empresa y con una carga negociadora que va más allá de la propia mesa y en la que hay involucrar a todas las partes, pueden aportar algo de luz para flexibilizar las relaciones laborales, favoreciendo tanto la competitvidad como el empleo.



Representación sindical: Tema de debate como consecuencia de la convocatoria de Huelga General del pasado mes de septiembre de 2010. El sistema actual hay que cambiarlo, los sindicatos serán más o menos representativos en función del número de afiliados que tengan y eso de igual forma que les pasa a las organizaciones empresariales quienes ostentan representación en función del número de empresas que las integran y de los trabajadores que ocupen dichas empresas asociadas.

Representatividad empresarial: Por imitación esta cayendo en los mismos vicios que las organizaciones sindicales y ello teniendo la mitad de la mitad del poder de que disponen aquellas. Tradicionalmente se dedicaban a la negociación colectiva a nivel provincial (que desaparecerá según la reforma que opera el RDL 07/2011 aprobado en Consejo de Ministros del pasado viernes 10 de junio de 2011), esa era la causa inicial de su existencia. Mi recomendación es que la representación empresarial este más cerca de las empresas, que conozcan cuales son sus procesos productivos, que sepan lo que cuesta invertir y crear riqueza y empleo, en definitiva que vivan más los postulados del colectivo al que dice representar y que no se conforme con ir pasando el día a día en actos meramente protocolarios que no aportan ningún valor a los empresarios y los trabajadores.

Ley de Huelga: Bastaría con que se promulgase una Ley de Huelga. Desde el año 1.978, en España, ningún gobierno ha sido capaz de promover una regulación sobre esta materia.  De su contenido únicamente me atrevo a proponer que cuando un trabajador preste sus servicios en una empresa que dispone de convenio propio, la participación de dicho trabajdor en una huelga de carácter sectorial sea declarada ilegal por la norma. Dicho esto de forma muy genérica y debiendo concretar jurídicamente algunas circunstancias particulares que puedan concurrir en el caso concreto. Aunque en esta materia, una correcta aplicación de la nueva reforma puede aportar también soluciones

Seguridad Social: Muertas las Mutuas, tratar de trabajar en su resurrección, dándoles participación junto a las empresas en la gestión y corrección de los altos niveles de absentismo que hay en España.
Queridos lectores, a partir de aquí espero que os animéis a realizar vuestros comentarios, que a buen seguro, pueden ir enriqueciendo el guiso, o al menos arreglándolo.

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